Anécdota

“Estaba ya San Felicísimo expuesto en su urna a la veneración de los fieles, cuando el P. Juan Carlos Pichar, un aristócrata de Burdeos que renunció a todo y dejó su patria para venir a Bilbao y vestir el hábito pasionista, se acercó al entonces Provincial y Fundador de los pasionistas en España, el Padre Amadeo Garibaldi, para proponerle la iniciativa de una campaña de propaganda a lo grande, con el fin de dar a conocer entre los fieles de Vizcaya a San Felicísimo”.

Pero el Provincial, varón santo que siempre se distinguió por su profundo y equilibrado sentido común, unido a una certera discreción en sus decisiones, le replicó con viveza: 

No, P. Juan Carlos, no… No es mi deseo. Si San Felicísimo es verdaderamente un Santo milagroso, que se preocupe él mismo de atraerse devotos. Que todo sea obra del mismo Santo y no nuestra. Si quiere que su devoción se extienda entre el pueblo cristiano, bendito sea Él… Pero por nuestra parte, nada de propagandas; que se la haga a sí mismo el propio Mártir, si esta es la voluntad de Dios…” (SAN FELICÍSIMO MÁRTIR: PEQUEÑA HISTORIA DEL SANTO Y DE SU SANTUARIO DE DEUSTO – P. Carlos Lizarraga).