IV Domingo de Pascua / B – Palabras Amigas, por el camino del Evangelio – Juan 10, 11-18

Lecturas:  Hechos 4, 8-12  – 1 Juan 3, 1-2  Juan  10, 11-18

El Buen Pastor

Nuestra celebración dominical no celebra algo extraño a la vida. Lo que tradicionalmente llamamos altar es una mesa que nos reúne a la familia de cristianos. No es un grupo cerrado, evadido de las realidades de la calle. La eucaristía, tal como nos la dejó Jesús, es el memorial de su entrega a Dios, por nosotros los hombres, y de la entrega de unos por otros.

Quien dice sí a Dios, dice sí al hombre. No hay consagración a Dios que no sea al hombre. Mas, en nuestra relación con los hermanos, se clarifica la calidad de nuestra relación con Dios.

En esta eucaristía han sido proclamadas tres lecturas de la Biblia que, como toda palabra que decimos de Dios, nos ayuda a vivir.

1ª lectura: Pedro, ya no es el mismo de antes

De un tipo que se las daba de valiente, pero que bastó la palabra de una portera para llenarle de miedo, a un Pedro que se juega la vida hablando  ante las autoridades de lo que no se puede hablar, porque te hacen la vida imposible. Te liquidan, o vas camino de la marginación. Y si esto no es actual, pasamos por la vida sin enterarnos. Pedro ahora está animado por el Espíritu de Dios, el que le movió luego a dar la vida por sus hermanos.

2ª lectura: un discípulo del Maestro despeja el sentido del porqué nos grita el corazón

El corazón y el instinto tienen querencia de ser reconocidos, valorados, amados con un amor de verdad que no se apague, que perdone nuestros yerros. ¿Quién soy yo? ¿Qué busca este inquieto corazón mío? Volved a leer despacio la segunda lectura. Es una respuesta formidable para devolverle el aliento a quien ha perdido el sentido de la vida, al que se encuentra mortalmente solo, y a las preguntas fundamentales de la existencia humana.

3. El evangelio: Jesús, el Buen Pastor

Son siete versículos de un capítulo que tiene 41. Leedlo entero. No es una página bucólica del pastor y las ovejitas; es la página de un conflicto, de una denuncia y de una aclaración: está desvelando la falsedad y el aprovechamiento de los jefes ¿?

  • El lenguaje que emplea Jesús para desvelar la mentira de los falsos pastores, de los falsos jefes, es muy duro: volved a leerlo. Y nos da las notas de su identificación, que son las que identificarán en el futuro a un auténtico jefe. Ponga cada uno la palabra que quiera: obispo, sacerdote, político, sindicalista, padre, madre, maestro de escuela o amigo. La identificación, ustedes la han escuchado: dar la vida por las ovejas… o aprovecharse de ellas. Como toda palabra del evangelio, es para despabilar al oyente, sacarle de sus engaños y animarle a vivir una vida de verdad, la única que merece la pena.
  • Ojo con tomarse a la letra lo de las ovejas, bien para tratar al pueblo como a borregos, o bien para que uno pierda su responsabilidad, diluyendo su personalidad en la masa, como una oveja más del rebaño, sin rostro propio. Ningún grupo humano quiere sentirse identificado con estos procederes.
  • Hoy, más que nunca, nos rebelamos contra todos los que manipulan a las personas e intentan aprovecharse de ellas y las tratan como ovejas. Nos rebelamos contra alguien que nos diga qué es lo que tenemos que pensar, o nos dicte qué es lo que tenemos que hacer. 
  • Nos repugna el borreguismo y la masificación y, sin embargo, hoy traemos a la eucaristía, a nuestra mesa, el símbolo que se apropió Jesús para recordarnos a un pueblo que se mueve como oveja sin pastor. Atención a la imagen del rebaño, de borreguismo y falta de libertad, manipulación u obediencia.

Nada de esto aparece en el discurso de Jesús sobre el buen pastor. Más bien en él se recalca la libertad de las ovejas, que siguen a uno y rechazan a otro; y se recalca machaconamente la diferencia entre el líder al servicio de la comunidad, que deja el pellejo en esta tarea, que abre caminos, que escucha, que es cercano, y, por contra, el que está a su beneficio

4. Las notas del buen pastor

Aparecen claras en este capítulo: “doy la vida”. Quien está dejando la vida por uno, tiene autoridad.

  • Conoce a las ovejas. Los letrados no conocían a….. Jesús, sí…
  • Las defiende. Se pone el primero para que vayan a él los golpes… 
  • Va por delante, abriendo camino, llevándolas a buenos pastos…  
  • Las ovejas escuchan su voz (a veces nos quejamos de que no nos escuchan)… 
  • Carga con ellas en sus hombros y en su corazón (la iglesia samaritana)… 
  • Las reúne, no las dispersa ni las divide; tiene preferencia por las más heridas… 

Creo que esta fe en Jesús, buen pastor, adquiere una relevancia en una sociedad que blasona de libertad, pero que la observamos excesivamente borreguil y aturdida ante tantos reclamos y voces. 

    No es fácil ser libre ante tanta presión. Vivimos de frases publicitarias que inconscientemente nos empujan a vivir masificados, a lo que se lleva.


    Hoy ratificamos los cristianos que sólo Él es nuestro Pastor

El evangelio nos trae la buena y alentadora noticia de que no estamos solos. Tenemos un compañero de camino que nos habla al corazón, que nos ama hasta dar la vida por nosotros.

A la comunidad cristiana y al mundo le va mucho tener -para bien o para mal- un tipo u otro de pastores… 

Ven, Jesús, a buscarme,
busca a la oveja perdida.

Ven, pastor.
Deja las noventa y nueve
y busca la que se ha perdido.

Ven hacia mí.
Estoy lejos.
Me amenaza la batida de los lobos.

Búscame,
encuéntrame,
acógeme,
llévame.
Puedes encontrar al que buscas,
tomarlo en brazos
y llevarlo.

Ven y llévame sobre tus huellas.
Ven Tú mismo.
Habrá liberación en la tierra
y alegría en el cielo.

        San Ambrosio

Publicado en Palabra de Dios.