Domingo de Ramos– B / Palabras Amigas, por el camino del Evangelio – Marcos 14,1-15,47

En este “Pórtico de la Semana Santa

  • Si Dios es amor y ha creado al hombre a su imagen y semejanza, por qué el hombre lo siente como amenaza o indiferencia? y yo, cómo lo siento?
  • ¿Se puede amar a Dios a quien nadie ha visto?
  • ¿Se puede obligar a amar bajo amenaza de torturas eternas?   
  • ¿Qué creemos cuando decimos «creo en Dios» o «no creo en Dios»?
  • ¿Qué decimos cuando nos confesamos «soy practicante» o «no soy practicante»?

Sólo se puede llamar Dios a aquella presencia amorosa, protectora, que comunica vida, da sentido… Sólo el amor es digno de crédito.

Del Dios presentido o negado al Dios de Jesucristo

Mensaje de Nuestra fe cristiana

“Hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él»

«Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él» (1 Jn 4, 16).  Estas palabras de la Primera carta de Juan expresan con claridad meridiana el corazón de la fe cristiana: la imagen cristiana de Dios y también la consiguiente imagen del hombre y de su camino. Además, en este mismo versículo, Juan nos ofrece, por así decir, una formulación sintética de la existencia cristiana: «Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él».

Hemos creído en el amor de Dios: así puede expresar el cristiano la opción fundamental de su vida. No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva. 

En su Evangelio, Juan había expresado este acontecimiento con las siguientes palabras: «Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que todos los que creen en él tengan vida eterna» (cf. 3, 16). 

Y, puesto que es Dios quien nos ha amado primero (cf. 1 Jn 4, 10), ahora el amor ya no es sólo un «mandamiento», sino la respuesta al don del amor, con el cual viene a nuestro encuentro”. (Enc. “Dios es amor” nº 1)

  • Si Dios es amor y la fuente del amor, donde hay algo de amor allí hay algo de Dios.
  • El amor debe juzgar nuestro hablar de Dios (palabras, obras, normas…). Sólo es legítimo hablar de Dios en términos de amor y misericordia entrañable. De lo contrario estamos mal-hablando (mal-diciendo) de Dios.
  • Si Dios ha creado al hombre a su imagen y semejanza, lo más auténtico del hombre es el amor, y el hombre se desarrollará amando. Si no ama, se está frustrando…
  • Una lectura de la Biblia o de cualquier página del evangelio que no revele el amor de Dios o que no llame al encuentro con amor está siendo mal leída o falseada.
  • Subraya las palabras que crees que debieras tener muy presentes en tu memoria y en tu corazón.
  • Se conoce a Dios en el terreno del amor. Palabra “terrible y fascinante”
  • que comunica vida, da sentido… Sólo el amor es digno de crédito.
  •  “Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama, no ha conocido a Dios, porque Dios es amor”. I Juan 4,7
  • Mientras uno permanezca cerrado en sí mismo e indiferente, nunca podrá saber lo que es Dios. Perder la fe en primer lugar es perder el amor.

JESUCRISTO: EL AMOR DE DIOS ENCARNADO

  • “Este actuar de Dios adquiere ahora su forma dramática, puesto que, en Jesucristo, el propio Dios va tras la «oveja perdida», la humanidad doliente y extraviada. Cuando Jesús habla en sus parábolas del pastor que va tras la oveja descarriada, de la mujer que busca el dracma, del padre que sale al encuentro del hijo pródigo y lo abraza, no se trata sólo de meras palabras, sino que es la explicación de su propio ser y actuar. 

En su muerte en la cruz se realiza ese ponerse Dios contra sí mismo, al entregarse para dar nueva vida al hombre y salvarlo: esto es amor en su forma más radical. 

Poner la mirada en el costado traspasado de Cristo, del que habla Juan (cf. 19, 37), ayuda a comprender lo que ha sido el punto de partida de esta Carta encíclica: «Dios es amor» (1 Jn 4, 8). 

Es allí, en la cruz, donde puede contemplarse esta verdad. Y a partir de allí se debe definir ahora qué es el amor. Y, desde esa mirada, el cristiano encuentra la orientación de su vivir y de su amar” (Enc. “Dios es amor” nº 12).

El amor de Dios se ha hecho carne en Jesucristo, marcando a sangre sus propias huellas en la historia de la humanidad. El olvido del amor es la fuente de todos los males y de todas las soledades. Necesitamos recuperar esta memoria.

  • Vuelve a una lectura sosegada, de la “Pasión de Jesucristo”. 
  • Subraya lo que creas más importante para tu vida actual. Haz silencio interior y ora. 

  LA CRUZ DE JESUCRISTO

  • Es importante identificar la cruz de Jesús, porque de hecho en demasiadas ocasiones se ha falseado y banalizado la cruz expuesta a nuestra devoción.
  • La cruz es el final de un proceso: se explica y se identifica por la vida.
  • El escándalo de la cruz: muere en ruptura con su causa (Jesús experimenta el abandono de Aquel Dios a quien entregó su vida, por el que vivió y moría.
  • Su  muerte es consecuencia de su estar en la historia y en el mundo (como la de tantos mártires políticos o religiosos).
  • El misterio humano-teológico del dolor. El dolor nos estimula a preguntarnos sobre el hombre y sobre Dios… Ateos y cristianos coincidimos en la pregunta ¿por qué?

La historia de la Pasión de Jesús-el hijo de Dios.

  • Los desamparados de la tierra “comprenderán” quién es Dios, cuando “se esclarezca” lo que ha sucedido entre Jesús moribundo y su Padre.
  • Mc. Jesús murió entre clamores y lágrimas (15-34); con un grito inarticulado (15,37).
  • Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (a mí y a mi causa)
  • Dios mío, ¿qué tienes que reprocharme? (variante)
  • Dios mío, ¿por qué te has abandonado? (a nosotros – a ti- y a nuestra causa -a tu causa-)
  • La fe, cuanto más conducía al sufrimiento por el mundo irredento, tanto más descubría la importancia de referirse a la crucifixión de la persona de Cristo pascual.
  • Dios sufre, no por indigencia, sino por plenitud: es el sufrimiento del amor, de la persona libre que se deja afectar por el otro.

El Padre entregó al Hijo

  • Y el Hijo se hizo al camino del infierno (de los abandonados): la orfandad del Padre.
  • Y el Padre sufrió la Pasión del Hijo: la orfandad del Hijo.
  • Desde este viernes, el que quiera saber algo de Dios tendrá que mirar a este Crucificado: la historia de Dios es la historia del hombre; y la historia del hombre está en la historia de Dios.
  • Allá donde los hombres sufren porque aman, Dios sufre con ellos.
  • Allá donde Dios ha sufrido la muerte de Jesús, demostrando así la fuerza de su amor, encuentran también los hombres la fuerza para soportar el aniquilamiento.
  • Quien llega al amor y a través del amor al sufrimiento, experimentando la muerte, entra también en la historia de Dios.
  • La historia de la pasión del mundo ha sido asumida en la historia de Dios a través de la historia de la Pasión de Jesús.
  • Dios es el gran compañero, el que sufre en co-fraternidad, el que comprende.
  • Dios es más fuerte que la muerte; Él tiene al última palabra: “hijo mío, vivirás”.
  • La Cruz estalló en una eclosión de vida resucitada y resucitadora. 

EL AMOR HA VENCIÓ A LA CRUZ Y ES MÁS FUERTE QUE LA MUERTE

Regálate en esta Semana Santa un tiempo para una lectura sosegada y contemplativa de  la “Pasión y Muerte de Jesucristo”. 

Publicado en Palabra de Dios.