- El Padre nos entrega a su Hijo
- El Hijo se entrega al Padre en sus hermanos
- El Espíritu de Amor realiza la comunión en esta Mesa Trinitaria
De la primera carta a los Corintios 11,23-26
Hermanos: Yo recibí del Señor lo que os he transmitido: Que Jesús, el Señor, en la noche que fue entregado, tomó pan, dio gracias, lo partió y dijo:
«Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros; haced esto en memoria mía».
Después de cenar, hizo lo mismo con el cáliz, diciendo:
«Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; cada vez que la bebáis, hacedlo en memoria mía». Pues siempre que coméis este pan y bebéis este cáliz anunciáis la muerte del Señor hasta que vuelva.
Apuntes:
- El Pan es más de lo que ven nuestros ojos; la fe advierte la presencia pascual de Jesús, el crucificado Resucitado.
- Una historia que a lo largo de 20 siglos ha generado muchas historias de Amor.
- Cuerpo entregado…Sangre derramada…es un Memorial… Si olvidamos la memoria apenas el culto significa nada. Aburre.
- El memorial está acompañado de unas palabras que son un testamento y un juicio y un camino de fraternidad: “Amaos unos ha otros como yo os he amado”.
- “El mayor entre vosotros sea el servidor de todos: una corrección importante para prevenirnos de muchas corrupciones.
- Y un gesto para que las cosas se nos grabaran mejor: “Se quitó el manto…Y les lavó los pies”.
¿ES TAN IMPORTANTE LA “MISA”?
Fuente y cumbre de la vida cristiana
- Si el Maestro nos dijo: “Tomad, comed, éste es mi cuerpo, haced esto en memoria mía”, si la comunidad cristiana la considera como “fuente y cumbre de su vida”, es peligrosamente arriesgado dar la espalda a esta invitación.
- La eucaristía, tanto en la Mesa como en la contemplación silenciosa del Sagrario, ha alimentado muchas entregas, ha fortalecido en muchos cansancios.
- En esta mesa se celebran todas las entregas: la entrega de Dios a los hombres, y de los hombres a Dios en sus hermanos. Una frase trata de medirnos: “quien entrega su vida la encuentra, quien se la reserva en egoísmo la pierde”. En esto conocerán que sois mis discípulos: en la entrega a los hermanos.
- Y hablando de entregas y de egoísmos, será oportuno preguntarnos por qué la sociedad del tener, que tira el pan, sufre tantos vacíos y hambres del corazón: compramos cosas a precio de corazón; compramos cosas y vendemos personas.
- Una persona que se entrega no tiene motivos para sufrir el vacío.
EL REALISMO DE NUESTRA FE
Corpus Christi, Día de la Caridad
- El día del Corpus, Día de la Caridad, mete en medio de nuestros fervores eucarísticos una clave para detectar la verdad o la mentira de nuestras misas: el que comulga, el que participa en esta mesa y llama a Dios ¡Padre!, y escucha el evangelio y lo cree, debe cambiar para recuperar lo mejor de sí mismo:
… debe cambiar la actitud en la manera de ver la propiedad privada,
… debe cambiar la actitud frente al consumo y los dictados de la publicidad, debe cambiar el deseo de acaparar por el de compartir.
- Si hacemos memoria de una vida entregada y comulgamos con este Dios, gozaremos el fruto de la comunión. Comunión es fraternidad, perdón, acogida, abrazo.
La Eucaristía participa del “escándalo de la cruz”.
- Podemos rechazarla, podemos banalizarla o creerla. Se banaliza cuando el rito no corresponde a la realidad. El gran sacrilegio, la gran mentira: participar en el rito, pero no asumir de corazón la entrega, llamar a Dios ¡Padre! y permanecer indiferente al hermano que sufre o muere de hambre, o le quitan su vivienda.
- Cuando se falsean los sacramentos, los sacramentos se hacen despreciables, y entonces puede darse la paradoja de quien vive entregado sin rito, y de quien realiza y acude devoto al rito sin entregarse.
- Juzguen ustedes quién estará más cerca de la comunión eucarística. El amor al Padre y la verdad en el compartir el pan, y no en el esplendor de su culto, miden la calidad de una Iglesia, de una parroquia, de un grupo.
Es el amor, la caridad lo que califica nuestro culto a Dios y nos califica a las personas; nos lo recuerdan continuamente los profetas. Y Jesús lo dejó muy claro en sus palabras en el Juicio de la historia y de cada hombre: Lean Mt 25 tuve hambre… Luego el manso Jesús algunas maldiciones: tuve hambre y no… “Cada celebración eucarística actualiza el don de la propia vida que Jesús ha hecho en la Cruz por nosotros y por el mundo entero. Al mismo tiempo, en la eucaristía Jesús nos hace testigos de la compasión de Dios por cada hermano y hermana.
Nace así, en torno a la eucaristía, el servicio de la caridad…
” La civilización del Amor”
El sueño divino de todos los hombres de buena voluntad