Domingo de Resurrección B – Palabras Amigas, por el camino del Evangelio – Jn 20, 1-9

PASCUA FLORIDA ¡SHALOM!

Algo más que un saludo

  • La eclosión de la vida: la tierra fría, los árboles despojados sólo necesitaron un poco de luz, de calor y de agua para que les brotara la vida que guardaban dentro.
  • Cuando uno es tomado por la fuerza de la resurrección de Jesús, empieza a entender la vida de otra manera.
  • Riesgos: que nuestra profesión de fe no enganche con nuestra vida real; que quede en proclamación, vacía de cambio y de esperanza.
  • Nuestra vida, y solo la vida, proclama la resurrección. 
  • Nuestra profesión de Fe: La muerte ha sido vencida.
  • Vivir a la luz y al «aire» de la resurrección.
  • Nada puede comunicar mejor la paz del Reino de Dios que Jesús mostrando las cicatrices del costado y las huellas de los clavos en su cuerpo resucitado.

1. Separar la cruz de la resurrección es destruir el misterio central de nuestra fe

El misterio pascual posee el máximo significado práctico, pues, quien cree en este misterio, vive de un modo diferente.  La vida cotidiana se transforma.

  • Jesús no nos ofrece el modo de huir de los contratiempos de la vida, ni nos da una explicación que nos permita entender su significado; Él viene a llenar con su presencia nuestros sufrimientos; no nos deja solos en la desgracia.
  • Lo que espontáneamente consideramos sin sentido -porque en sí mismo no lo tiene- puede hacerse creativo.
  • Todo puede convertirse en bien: en el sepulcro, en el pecado hay semillas de pascua.
  • La cruz de Jesús vinculada a la resurrección nos proporciona una gran fuerza para aceptar lo inevitable, unirlo a su sufrimiento y hacerlo facundo. Aprendemos a no malgastar el sufrimiento.
  • Vivir a la luz de la Pascua es vivir del «tesoro escondido».
  • La experiencia pascual es un encuentro con el Resucitado. El encuentro es don. 

2. Los relatos de la resurrección son más que historia. En el corazón de la liturgia, por el rito, la historia se hace presente.

Los relatos comienzan con descripciones de gran realismo:

  • lo que ha sucedido
  • lo que han dejado muerto
  • están amenazados interior y exteriormente,
  • todo por lo que lucharon está por los suelos, muerto.
  • Los relatos refieren experiencias nuevas:
  • vieron y creyeron
  • les ardía el corazón
  • se sentaron a la mesa
  • reciben el don de la paz
  • reciben el soplo creador que infunde vida
  • reciben la experiencia del perdón.

3. ¿Cómo me encuentro yo ante el Resucitado?

  • ¿Con acontecimientos trágicos?
  • ¿Con el alma desilusionada?
  • ¿Buscadora?

4. ¿Cómo han ido sonando y me han ido afectando una a una las palabras del Resucitado?  – ¿A vacío, a rutina?

  • «El saludo de Paz»
  • «¿Por qué estáis tristes?»
  • «¿Por qué lloras?»
  • «¿A quién buscas?»
  • «¿No sabíais que todo esto tenía que suceder?»
  • «Trae tu mano y métela en mi costado»
  • ¿Cómo respondo?

5. Dejar el sepulcro. «Id a Galilea»

  • Renacidos
  • quiere llenarnos de su paz
  • quiere curarnos de nuestros miedos y pesimismos
  • nos invita a tocar sus llagas
  • quiere cenar en nuestra mesa
  • Vivir como resucitados (con las huellas de la crucifixión)
  • Bendecir con la paz.
  • Disipar miedos.
  • Hacer camino con los hombres.
  • Iluminar los acontecimientos con la Palabra de Dios.
  • Estar presente con signos de vida donde se extiende la muerte.

LA EUCARISTÍA, MOMENTO PRIVILEGIADO DE LA PRESENCIA Y LA EXPERIENCIA DEL SEÑOR RESUCITADO

Publicado en Palabra de Dios.