Domingo XXIII del T.O. – A / Palabras Amigas, por el Camino del Evangelio – Mateo 18, 15-20

Ezequiel 33, 7-9 / Romanos 13, 8-10 / Mateo 18, 15-20 

Una forma de amor es la corrección (una forma de servir). Quien te ama te corrige.

  • Descubrir el mal es la primera condición para gozar de una buena salud corporal, espiritual y económica.
  • Médicos que están al tanto y son capaces de hacer un buen diagnóstico y vigilan la enfermedad y la combaten, son un tesoro.
  • Políticos que no miran para otra parte, que las ven venir, que afrontan la realidad, aunque duela, sin mentirse ni mentirnos, aunque lo que digan no halague nuestros oídos, merecen nuestro voto.
  • Profetas que dicen las verdades a los de arriba y a los de abajo, a los de izquierdas y de derechas, que desenmascaran a los cínicos y animan y acompañan a los débiles, son un regalo de Dios.
  • Maestros que están más por educar, por animar y corregir, que por congraciarse y condescender con los alumnos, son una riqueza para ese instituto.

La 2ª Lectura:

Nos da la clave para la corrección: a nadie debáis nada más que amor.

  • Quiere a la gente es algo más que ser solidario. Quiere a la gente y compartirás tu pan y le escucharás le perdonarás y le corregirás o, lo que es lo mismo, le ayudarás a crecer, a ser mejor, a evitar que tire por caminos que le pierden.

1ª Lectura:

Dios regala a su pueblo un profeta, lo coloca como atalaya, vigilante, para descubrir las situaciones de peligro y advertírselas al pueblo, para evitarle una catástrofe y despertarle de la siesta boba.

  • La tarea del profeta es ingrata, ¡qué difícil nos resulta a todos corregir y que nos corrijan! La tentación del profeta es de callarse o de hablar según su conveniencia e intereses.
  • Pero callarse o hablar según mis conveniencias es poco responsable y honesto. Puede ir en ello la vida, p.ej. cuando al consejero le va mejor halagar a su jefe que corregirle; decir amén que ofrecer propuestas alternativas, aunque no sean de su gusto.
  • Vigilar y corregir es un servicio elemental para el progreso de una industria y de una familia, de la ecología, y para prevenirnos de una estafa.
  • Nuestro mundo se alimenta de una cultura de eslóganes, de frases brillantes y rotundas, publicitarias. Está de moda la utilización egoísta de la palabra libertad, y   de toda una constelación de palabras ambiguas que la cortejan: represión, moderno, progresista… ya es mayor… somos libres… Es curioso cómo se multiplican las leyes hasta el infinito, en sociedades que alardean de libertades. Las palabras más sagradas se prestan como brillantes tapaderas de innumerables corrupciones.
  • Nadie nace libre… nos vamos haciendo libres y esclavos. Hacer lo que a uno le  da la gana es la mayor corrupción de la libertad, el camino de la ruina de las personas y de los pueblos, un atajo de insolidaridad. Es apostar por el poder y la fuerza económica, política o militar. Estos son los que verdaderamente pueden hacer lo que les da la gana. Y siempre a precio de deshumanizar al hombre, a sí mismos y sus relaciones y la creación. Échenle un vistazo al mapa ensangrentado de los derechos humanos. Quienes lo pagan serán los pobres e indefensos: La última desfachatez hedionda de la democracia roja o blanca, es eliminar al ser humano o venderlo por un par de sandalias. 
  • Leed pausadamente estas lecturas, reflejadlas sobre vuestra vida y advertiréis que se enriquecen vuestros pensamientos y vuestras relaciones. Y vuestra calidad de vida

La corrección también es una palabra amiga de Dios muy saludable

Es un mandato de Jesús, una dimensión del amor.

Corregirse es de sabios


  • La corrección nos ayuda a construir una comunidad en verdad, redimiéndonos de la falsa paz, donde cada una hace su vida.
  • Es un camino de crecimiento personal y comunitario (elemental para el progreso de la familia de una empresa, de un deportista…). Incoherencia religiosa de quien pide a Dios que purifique su corazón y que le hable, y rechaza la corrección fraterna y no escucha a su hermano. 

Publicado en Palabra de Dios.