Lecturas: Proverbios 31, 10ss – Tesalonicenses 5, 1-6 – Mateo 25, 14-30
- ¿Qué dice o qué he escuchado?
- ¿Qué me dice, me afecta o tiene que ver algo conmigo?
- ¿Qué le digo?: mi respuesta personal a este Evangelio.
Comienzo la lectura del evangelio que nos presenta la Iglesia este domingo. En todas las iglesias del mundo se ha proclamado la parábola de los talentos.
- De entrada veo que si la tomamos en serio puede despertar un gran movimiento de responsabilidad y despertar muchas fuerzas dormidas que todos tenemos sin aprovecharlas, por miedo (como el de la parábola de hoy), por indolencia y despreocupación (como las necias del domingo pasado), por egoísmo, comodidad o lo que sea. Conviene situarla en el contexto del año litúrgico: sigue el tema de vivir la vida necia o sabiamente.
- Y ahora puede venir la lista de mis talentos y de su empleo. ¿Qué hago con mi tiempo? (Jubilado) ¿Qué hago con mi parcela de poder o de influencia? ¿Qué hago con el dinero, con mis habilidades?
- Hay entre nosotros personas que ofrecen parte de su tiempo con generosidad (voluntariado); que en sus gastos entran también los otros; que desde su parcela de influencia favorecen al que nadie ayuda.
- Es una parábola con distinto final para el arriesgado y para el que se cura en salud. Hay una alabanza para el despierto. El gesto del Señor se tuerce para aquel que tuvo miedo. Que con la excusa del “por si acaso” no arriesga, no conoce la generosidad. Podemos recordar esa frase que resume la postura de la parábola: “Yo no hago nada malo” . Lo malo es no hacer nada.
- Se dice “arriésgate a querer, a ayudar, a dejar de ir a lo tuyo, a acompañar a un enfermo; a pararte cuando el otro te necesita, a devolver bien por mal. Atrévete a vivir tu fe”. Atrévete a compartir parte de vuestros ingresos.
- Hay una frase final para pensársela: “Al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene…” ¿¡Puro y duro capitalismo…!?
La primera lectura es el dibujo de una mujer sensata (cuadro A.T.), alegría, gloria. Una mujer que es una bendición (la cáscara, el envoltorio). Hoy se vende la apariencia; luego viene el chasco.
En la segunda lectura, Pablo da un consejo: “vivir en la luz, en la esperanza… Sed sobrios”. Un consejo de gran sabiduría.
Esta parábola de la responsabilidad podemos juntarla a la del rico Epulón. No dice que fue condenado porque se hizo rico, sino… Parábola del samaritano: del que va a lo suyo. Ni al sacerdote o levita se les condena por hacer el mal; sino por “pasar de largo”, por vivir para sí mismos.
Que el Espíritu de Dios riegue lo que está árido – sane lo que está enfermo – lave las manchas – infunda calor de vida en el hielo – dome al espíritu indómito – guíe al que tuerce el sendero.